domingo, 30 de agosto de 2009

4 millones de parados y un mal trabajador

Hartos


Columna de Arturo San Agustín publicada en El Periódico de Catalunya.

La chica socialista de las gafas modernas, la de la Comisión Nacional de la Energía, quiere subirnos la luz un 31%. La promesa también llamada ley de dependencia ha resultado ser otra mentira. Y, mientras tanto, el ministro Miguel Ángel Moratinos paga con nuestro dinero las estalactitas que Miquel Barceló ha instalado en la cúpula del Palacio de las Naciones Unidas, en Ginebra, y grita que el arte no tiene precio.
"El arte no tiene precio". El grito suena a título de zarzuela o entremés de los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero. El arte no tendrá precio, pero las estalactitas del mallorquín Miquel Barceló nos han costado 7,4 millones de euros, una pasta gansa para que dentro de unos días, el próximo martes, los Reyes y el ministro artista y solidario se hagan unas fotos artísticas.
El grupo de lúcidas viudas con las que suelo compartir periódicamente un café, nuestras siempre olvidadas viudas, ya no saben qué pensar de estas gentes que dicen gobernarnos, porque también nos acabamos de enterar de que el Govern gastará unos cuantos millones de euros en proyectos de paz, calidad democrática y formación de mediadores en conflictos internacionales. Juguetes burocráticos para quienes en su juventud comunista no jugaron con soldaditos de plomo.
Catalunya es, aún, solo una autonomía, pero algunos de los que nos manejan actúan como si fuéramos ya un país independiente. Pagando los ciudadanos, claro, no ellos, que, además, se suben el sueldo y no paran de viajar en esta época de proclamadas austeridades. Ni nuestras viudas, ni nuestros jubilados, ni muchas familias con alguno de sus miembros dependiente, ni quienes sabemos lo que cuesta una residencia geriátrica de pago en Barcelona nos merecemos tanto desprecio. Y lo peor es que ciertas gentes del Govern, las que juegan a la política internacional, alimentan a sus enemigos políticos de más allá del Ebro, que son los propagadores de que en Catalunya todos somos ricos.
Ahora que la calle parece haber resucitado, todos deberíamos ayudar a que siga durante algún tiempo resucitada.

sábado, 29 de agosto de 2009

¿De dónde sacarán tanto dinero las diputaciones?

En su autobiografía, Joaquín Sabina cuenta cómo fue la muerte de su padre.

Mi padre estba muriéndose, con Alzheimer, en un hospital de Jaén. Yo estaba haciendo una gira por Andalucía y mi hermano vivía en Jaen, era policía allí. Entonces nos turnábamos para estar con mi padre una noche cada uno. El caso es que el día en que murió mi pobre y fantástico padre, yo estaba allí con él. A las cinco de la mañana, dos horas antes de morirse, mi padre se incorporó y yo, que estaba dormilado porque esa misma noche había tocado en Córdoba, me desperté muy soliviantado. Lo miré fijamente y le oí pronunciar la que sería la última frase de su vida: "¿de dónde sacarán tanto dinero las diputaciones?" es impresionante. Mi padre, mi pobre padre, era bastante ilustrado, muy buena persona y muy poco dotado para su oficio de policía. Bendito sea.

viernes, 28 de agosto de 2009

PSC o PSOE

jueves, 27 de agosto de 2009

La riqueza de las naciones


"De los directores de estas empresas...siendo administradores más bien del dinero ajeno que del suyo propio, no se puede, en realidad, esperar que lo controlen y lo administren con la misma atención constante con que los socios de una sociedad limitada suelen controlar su propio dinero... En consecuencia, prevalecerán siempre la negligencia y el derroche, en mayor o menor grado, en la gestión de una empresa de ese género."


ADAM SMITH, la riqueza de las naciones

miércoles, 26 de agosto de 2009

Los amigos de mis amigos son mis amigos.


Publicado en El Periódico de Catalunya.

LOS APOYOS DE SALGADO

Las relaciones personales en un Gobierno muy presidencialista siempre son importantes. Pero en paí- ses meridionales como España son una cuestión clave. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, tiene una relación de primera con José Enrique Serrano, director del gabinete de Rodríguez Zapatero y mano derecha también en su día del expresidente Felipe González. Salgado, además, tenía como director de gabinete en Administraciones Públicas a Jorge Serrano, hermano de José Enrique. Ahora lo recupera como director adjunto de gabinete en Economía. Son apoyos importantes, a los que hay que añadir el de Alfredo Pérez Rubalcaba. Todos pensaron en Salgado como sustituta de Pedro Solbes.


martes, 25 de agosto de 2009

SINDEscargas

lunes, 24 de agosto de 2009

Cómo ascender en el PSC y no morir en el intento.

Seguro que recordais el incidente que sufrió Ángel Acebes cuando visitó hace un tiempo Martorell.



Tras la trifulca, Jordi López fue expulsado "fulminantemente" del PSC. O eso es lo que nos dijo Montilla. Después nos enteramos que este "fulminado" había sido elegido
Secretario de Comunicación de la Agrupación de Martorell. Otro de los implicados en la batalla campal Toni Mantis, fue elegido Secretario de Estrategia (sobrecoge pensar en las estrategias que puede llevar a cabo).
Brindo el siguiente video a los capitostes del PSC para que puedan seguir eligiendo sus futuros cargos.

domingo, 23 de agosto de 2009

Las niñas putas y los niños en taxi


Juan Manuel de Prada en ABC.



Del presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, sabíamos hasta hoy que era un señorín muy salao que viajaba en taxi con cargo al contribuyente y presumía de haberse desvirgado con putas. Aunque haya sido putero confeso, Revilla está muy preocupado porque a hombres y mujeres se les dispense igualdad de trato; y, para demostrarlo, acaba de retirarle el concierto a un colegio de educación diferenciada. Revilla tal vez piense que en los colegios de educación diferenciada se educa a las niñas para que desvirguen niños cobrando, y a los niños para que viajen en taxi con cargo al contribuyente; pues ya se sabe lo que reza el refrán: «Piensa el ladrón...».
A este señorín tan salao el Mátrix progre le ha hecho creer que la escuela diferenciada atenta contra la igualdad y favorece la segregación; soplapolleces que provocarían nuestra hilaridad si se predicaran, yo qué sé, de los retretes de los bares o de los torneos de tenis. Pero como los colegios de educación diferenciada suelen regirlos instituciones católicas, lo que en sí mismo es una soplapollez se convierte en dogma de fe que el Mátrix progre nos obliga a comulgar por cojones. Los colegios de educación diferenciada vulnerarían el principio de igualdad si a sus alumnos se les impartiesen disciplinas distintas o se les preparase para oficios y habilidades diferentes; pero como no lo hacen, la acusación resulta ridícula. Tampoco se sostiene que los colegios de educación diferenciada favorezcan la «segregación», puesto que no están rodeados de alambradas eléctricas; cuando acaban su horario lectivo, los alumnos de los colegios de educación diferenciada pueden tratarse con quien les pete, como Rafael Nadal puede tratarse con Maria Sharapova cuando acaba sus partidos.
La escuela diferenciada no favorece la desigualdad, ni el segregacionismo, ni parecidas soplapolleces. En cambio, considera un hecho incontrovertible que en el Mátrix progre se prefiere negar: hombres y mujeres somos distintos. Son distintas, desde luego, nuestras fisiologías (como sin duda Revilla pudo comprobar en su iniciación erótica, aunque fuese pagando); y son distintas también nuestras psicologías. Ser hombre o mujer no presupone una inteligencia mayor o menor; pero determina nuestros métodos de aprendizaje, el camino a través del cual nuestra inteligencia se hace más penetrante y luminosa. Y la consideración de este hecho incontrovertible se plasma en resultados inequívocos (que el Mátrix progre, con su característica aversión a la simple y llana verdad, silencia o ignora): los colegios donde se alcanzan mayores logros educativos, donde el índice de fracaso escolar es menor y la preparación intelectual y humana de los alumnos más esmerada son, ¡vaya por Dios!, colegios diferenciados.
Lo que se esconde detrás de esas acusaciones rocambolescas es el odio a la excelencia. Un odio con espumarajos que nace de la ideología; pues a lo que el Mátrix progre aspira -so capa de defender la igualdad entre hombres y mujeres- es a implantar la llamada «ideología de género», que propugna que entre hombres y mujeres sólo existe una banal diferencia fisiológica (subsanable, por lo demás, en el quirófano); y que, por tanto, cualquier otra peculiaridad psicológica o afectiva es un mero producto cultural que conviene erradicar. Para el Mátrix progre, las diferencias incontrovertibles entre los dos sexos son convenciones elaboradas por una cultura represora; y su propósito es anular esas diferencias, para completar su ingeniería social.
Pero el acoso a la escuela diferenciada no es sino el subterfugio que disfraza un propósito de mayor alcance; y es que en el Mátrix progre saben bien que su designio de ingeniería social no se coronará hasta que acaben con la escuela católica. Y a por ella van; empleando, entretanto, como tontos útiles a señorines tan salaos como Revilla.

sábado, 22 de agosto de 2009

Bus laico

Xavier Albertí.


Declaraciones de Xavier Albertí, actor, autor y director teatral:

"Los políticos actúan porque no siempre tienen el privilegio de decir lo que piensan, pocos lo tienen. A menudo asumen discursos oficiales del partido o de las marcas comerciales que están en el mercado de las ideologías".

sábado, 15 de agosto de 2009

La dictadura perfecta.


Vargas Llosa definía el PRI mexicano como "la dictadura perfecta". Yo me acuerdo, recuerdo doloroso, de los 30 años que lleva el PSC gobernando en mi ciudad. Años grises, con Alcalde corrupto incluido.
Un cinturón que aprieta hasta ahogar, no por rojo (que no lo es), sino por ser un cinturón inspirado en el peor cilicio.
Una ciudad aletargada, dormida. Una ciudad que ronca engañada...Como aquella fea durmiente que se quedó roque convencida de que el mejor príncipe ya llegó y que qué se le va a hacer. El príncipe tenía verruga pero era nuestra verruga y para verrugas las nuestras.

jueves, 13 de agosto de 2009

Una burrada más


La ha dicho Bernat Joan, Secretario de Política Lingüística de la Generalitat de Catalunya.


‘¿Se puede ser un buen médico no queriendo aprender catalán, y ejerciendo en los Países Catalanes? Seguro que no’.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Vacaciones de verano


Las vacaciones son la angustia de la brújula. El retorno está en el placer de la punta de los dedos sobre la piel antigua.

martes, 11 de agosto de 2009

Acosado



El déspota está convencido de que el hombre es un ser abyecto. Gente abyecta llena su corte, lo rodea por todas partes. La sociedad aterrorizada se comporta como chusma sumisa e incapaz de pensar. (...) A pesar de carecer de fundamento legal alguno o, tal vez precisamente por el hecho de carecer de él, cuida mucho las apariencias de la legalidad. Es su punto débil, en el que se muestra inusitadamente sensible, de una susceptibilidad enfermiza.



RYSARD KAPUSCINSKI
El Sha o la desmesura del poder

lunes, 10 de agosto de 2009

Feliz Cumpleaños


Loquillo en el Periódico de Catalunya

El 28 de diciembre de 1958, un par de chavales entraron en los estudios de Radio Barcelona para cambiar la historia de la música popular en España. Bautizados como El Dúo Dinámico por un locutor que prefirió traducir el nombre original al castellano, la cultura pop-rock daba sus primeros pasos en un país en construcción, una cultura que daría a los jóvenes una identidad hasta entonces inexistente. Barcelona fue la ciudad española donde el rock and roll y la cultura pop se asentaron con más fuerza.
Los Pájaros Locos fue la primera banda en grabar, en 1959. Luego vendrían Los Sirex, Los Munstang, Alex y los Finders, Lone Star, Los Salvajes, Gatos Negros, Cheyenes, entre otros. Todos ellos escribieron las mejores páginas del rock y pop cantado en castellano en tiempos de censura y represión. Su actitud y pose hicieron que los sonidos y tendencias venidos de fuera de nuestras fronteras tuvieran un eco inmediato.
Al mismo tiempo, y a la sombra de la canción francesa y la música folk, otros jóvenes reivindicaban la cultura catalana humillada y pisoteada después de la guerra civil, abanderando con el tiempo un antifranquismo militante que empezaba a alzar la voz en la calle. Se hacían llamar Els setze jutges.
Si tomamos como referencia el primer disco sencillo de Raimon, grabado en 1963, podemos situar las dos corrientes en el tiempo. Leo sorprendido en algunos medios que la Nova Cançó celebra su 50° aniversario. Me pregunto por qué la cultura oficial sigue con su manía persecutoria, esto es, la de reescribir la historia a su antojo, dando a unos artistas la categoría de santones y a otros, en cambio, negándoles el pan y la sal como si su aportación al cambio de un país no hubiera sido importante.
Es sabido que la Administración catalana ignora lo que no se ajusta a su idea de cultura del país. No entraré en discusiones. Me interesa la música, y ellos sufren sordera cultural grave. Un servidor ha cantado con Los Sirex, Los Salvajes y Lone Star, versionado a Llach, participado en homenajes a Serrat y colaborado con Pi de la Serra y Maria del Mar Bonet. Unos y otros me merecen el mismo respeto. Al final, ¿van a tener razón aquellos que dicen que se discrimina a los artistas que utilizan el castellano en Catalunya?

domingo, 9 de agosto de 2009

El miedo otra vez


Fernando García de Cortázar en ABC.

Hay unas palabras de Paul Valéry que me impresionan mucho y que, ahora, cuando reaccionamos ante la crisis económica mundial tapándonos la cara con ambas manos, igual que ante un descomunal puñetazo, no dejo de recordar: «La horrible facilidad de destruir». Ésta es quizá la lección más valiosa que podemos extraer de la historia: que el desarrollo, el progreso, la cultura... son cosas frágiles, que pueden perderse o destruirse con facilidad. No hay nada más repetido a lo largo de los siglos que el lamento pronunciado por Próspero en «La Tempestad», penúltima obra de Shakespeare:
«No he acertado a ver la vil conspiración del bruto Calibán contra la vida».
A quienes sigan creyendo que con el final de la Guerra Fría se han terminado todos los problemas, que cualquier conflicto se resuelve con una buena dosis de amable diálogo, que los avances tecnológicos traen, inevitablemente, el progreso humano, que la historia es una línea recta hacia la tierra prometida de la racionalidad y la prosperidad, habría que recordarles que vivimos alumbrados por un sinfín de mundos extinguidos.
No hay nada ganado firmemente. En los días de Augusto y Trajano, Roma tenía una población de más de un millón de habitantes y albergaba veintinueve bibliotecas públicas. A mediados del siglo V, después de las invasiones bárbaras, la ciudad del Tíber apenas contaba con treinta mil habitantes, muchos edificios estaban en ruinas, no había fondos para financiar las bibliotecas ni gente que las usara. Algo similar puede decirse de China, que durante siglos fue la civilización más refinada y avanzada del mundo. Los chinos inventaron el papel, la pólvora, la imprenta de tipos de madera, la porcelana o la idea de someter a pruebas escritas a los funcionarios públicos. Marco Polo abunda en maravillas al describir aquel Oriente de sedas, palacios y poetas. Pero después de la Edad Media, China se encerró en sí misma, orgullosa de su propia imagen, permitiendo, sin saberlo, que Occidente la rebasara y dejara cada vez más y más atrás.
Los ejemplos podrían multiplicarse hasta el infinito, tomándolos de la historia antigua y de la contemporánea, sin que dejen de resonar en nuestras mentes, como entre paredes desnudas, las palabras de Paul Valery: ¡esa horrible facilidad de destruir!
Volvamos los ojos, por ejemplo, al Renacimiento, cuando el mundo se apareció a los artistas, poetas y eruditos como un nuevo paraíso, y encontró eco el grito jubiloso «Vivir es un placer». A ese grato optimismo del espíritu sucedió, ya en el siglo XVI, la barbarie sin igual de las guerras de religión. La época de Rafael y Miguel Ángel, de Leonardo da Vinci, Vives, Moro y Erasmo retrocedió hasta cometer los mismos crímenes atroces que Atila, Gengis Khan o Tamerlán.
La última vez que el mundo pasó por un periodo de soberbias ilusiones fue entre 1895 y 1914, los años previos a la Primera Guerra Mundial. En Europa y Estados Unidos se pensaba entonces que Occidente estaba en el umbral de una era sin precedentes, una fantasía de paz y prosperidad indefinidas. Nadie, en 1914, podía imaginar que estaba a punto de comenzar una apocalipsis de muerte y destrucción como no se había conocido nunca, que «la vil conspiración del bruto Calibán» iba a tragarse millones y millones de vidas, imperios, generaciones enteras. Nadie, en 1920, podía imaginar que la época narrada por Scott Fitzgerald, el fulgor del dinero y los neones publicitarios de las ciudades norteamericanas, una luz casi sonora, pues brillaba en las pistas de baile o tintineaba en el oro y las pulseras de las mujeres, daría paso al ruido y la ira de los personajes de John Steinbeck: es decir, que la euforia económica de los años veinte saltaría en pedazos tras el crack del 29.
Tenemos una gran memoria para olvidar. Ahora, que vivimos bajo el «shock» de la crisis económica mundial, nos damos cuenta de que nos hemos adentrado en el siglo XXI provistos de medias verdades, encerrados en un racionalismo provinciano e idiota, inmersos en la dulzona y gelatinosa materia de un tiempo sin peso en la realidad, sin huella en el pasado, sin alcance en el futuro.
El nuestro, se insistía, siempre con frases prefabricadas, era un mundo nuevo, un mundo de promesas y oportunidades. El pasado, y en especial, el siglo XX, con sus guerras y terremotos económicos, no tenían nada de interés que enseñarnos. Todo eso había quedado atrás, su significado estaba claro, y podíamos avanzar hacia una era nueva y mejor.
Se hablaba, por supuesto, a ciegas, expresando un deseo más que una realidad: el triunfo de Occidente, el final de la historia, el ineludible avance de la globalización y del libre mercado... Ilusiones. Falsas esperanzas. Ahora, mientras los análisis y las predicciones fracasan en cadena, algunos advierten que si los planes del G-20 para combatir el desplome no van bien, habrá furia social, populismo radical, de derechas o izquierdas.
Eso mismo es lo que pasó tras la gran depresión de 1929. Lo que en la Europa de entreguerras, zarandeada por una economía en crisis y enquistados conflictos políticos, arruinó tantas democracias. Entre ellas, la República de Weimar, cuyo hundimiento nos recuerda que la democracia es siempre un objeto delicado, y nos advierte sobre la ineptitud y temeridad de quienes, aun cargados de buenas intenciones, debieron ser más precavidos en sus juicios y comportamientos.
El final de la República de Weimar, con las plazas gritando y vitoreando a Hitler, nos parece extraño y aterrador. Pero ahora, que empezamos a comprender lo fácil que es destruir la seguridad sobre la que descansamos, no me parece del todo inútil recordar aquel periodo. Weimar es una muestra de los peligros que pueden aparecer en un mundo patas arriba, cuando no hay consenso social ni político en ninguna de las cuestiones fundamentales.
«Lo único de lo que estábamos seguros es de que no había nada seguro», decía Ernst Jünger al revivir aquellos agitados años. Precisamente, esa atenazada sensación de inseguridad, así como el temor que dominó la vida política entre 1914 y 1945, eran algo que, en buena medida, los gobiernos europeos habían conseguido borrar del viejo Continente. Hasta ahora. Pues como en las películas donde el monstruo nunca muere del todo, el miedo ha resurgido con una virulencia insospechada: miedo a la incontrolable velocidad de la crisis, a perder el empleo, a quedar atrás en una distribución cada vez más desigual de la riqueza, miedo, sobre todo, a que quienes se hallan en el Gobierno, a que los sonrientes líderes del G20, no tengan, en realidad, ninguna idea de qué está ocurriendo ni de las soluciones efectivas para frenar la recesión.
A pesar de que se ha dicho que los acuerdos de Londres marcan el primer día de la recuperación, no hay razón para creer que la actual crisis global llegue a tocar fondo al final del 2009, como frívolamente ha vaticinado Zapatero. El caleidoscopio de la economía no deja de girar. Cada vuelta es una sorpresa. Y cada vuelta altera el punto de vista de nuestros políticos, que ya se han visto obligados a rectificar sus pomposos comunicados en varias ocasiones. Una cosa es cierta. Los ciudadanos buscan seguridad por encima de todo. Cuando el mundo de la política no les da respuesta, puede producirse el caso de que se alejen de la política, dando la espalda a la democracia. Y la historia del siglo pasado nos ha enseñado que resulta tan fácil destruir. ¡Tan terriblemente fácil!

ERC, PSC y los vasos comunicantes.


Joan Ballana ha formalizado su incorporación a ERC de Vic, con el que se presentará a las próximas municipales. Ballana, con un marcado acento nacionalista, llegó a ser secretario del PSC de Vic y concejal en la pasada legislatura.
Antes del PSC se iban a ICV ahora el camino natural es ERC. El voto es libre, espero que todos los ciudadanos sepan a quién votan.

domingo, 2 de agosto de 2009

Material sensible


Iñaki Ezquerra en La Razón.


Rajoy ha tenido un recurrente problema desde el 2004 a la hora de hacer oposición. Los dos grandes y graves temas con los que ha podido evidenciar la incompetencia socialista -la política antiterrorista en la pasada Legislatura, la crisis económica en la presente- tenían el inconveniente paradójico de su propia gravedad, porque no se quedan en sí mismos sino que afectan muy directamente a toda la vida nacional. No se trata de asuntos colaterales sino fundamentales, que, si no se abordan debidamente, terminan haciendo «impopular» al mismo que denuncia los fallos en su gestión y que, de manera inevitable, pretende salir beneficiario de un perjuicio que padecemos todos. Si la oposición denuncia la corrupción del Gobierno -como lo hizo Aznar para llegar a la Moncloa en el 96-, esa lacra indigna a la ciudadanía, pero no repercute en las vidas de los individuos. Si la oposición empuña la bandera pacifista en medio de una guerra mal justificada como la de Irak -como lo hizo Zapatero en las vísperas del 2004- esa campaña no afecta a la vida cotidiana de los ciudadanos, como tampoco les afectaba a la mayoría de ellos aquella lejana guerra. Estamos ante dos casos de oposición que responden a eso que se llama «experimentos con gaseosa», que no alteran la vida del país, al menos de un modo directo e inmediato. En cambio, hay cuestiones que son «material sensible» y son justamente esas dos con las que ha hecho justa oposición Rajoy en diferentes tiempos. Si Zapatero estaba actuando erróneamente al negociar con ETA, el fracaso anunciado de dicha negociación iba a ser percibido inevitablemente como una mala noticia para todos los españoles. Si Zapatero está hoy haciendo una pésima política económica, su fracaso también lo vamos a pagar todos, por lo cual no resulta popular querer sacar popularidad del hundimiento económico del país. Y es que aquí la gente en lo que toca a esos dos temas va a lo suyo. Lo que la gente quiere es que no la maten y que no la despidan del curro. Dicho con otras palabras, ¿de qué le sirve al votante comprobar que el PP tenía razón si, precisamente porque tenía razón, su empresa ha quebrado? ¿De qué le vale comprobar que, en efecto, el PP acertaba al vaticinar el fracaso de la negociación con ETA si la comprobación de ese vaticinio equivale a que ETA le sigue amargando la vida? «¿No merecía la pena el atajo del diálogo como antes el del GAL?», se pregunta esa mentalidad exenta de principios en «un país que -con palabras de Luis Alberto de Cuenca- ha prohibido los héroes». Los héroes y los profetas. En España no hay ni romanticismo ni amor a la verdad. El héroe no gusta porque evidencia la cobardía de la mayoría. El profeta tampoco porque evidencia otra cosa incómoda: la ceguera general. Por esa razón el Gobierno siempre tiene el mismo argumento contra la oposición que toca ese «material sensible»: «Usted quiere que ETA vuelva a matar», «usted quiere que el país se hunda»... Tal acusación es injusta pero eficaz pues resulta innegable que esa oposición trata de nutrirse «legítimamente» de ese fracaso y ese hundimiento. Para ganar el poder en España no vale ni la denuncia del pacto con ETA ni de la crisis, como no valió la del GAL. Aquí hay que ser más frívolo. Trece años después de su derrota, el PSOE se sabe mejor que el PP aquella lección. Por eso busca una «minifilesa», para hacer desde el propio Gobierno algo insólito: oposición a la oposición.

sábado, 1 de agosto de 2009

Buhoneros de la felicidad


Félix de Azúa en El Periódico de Catalunya


Hará más de 60 años que los humanos topamos con un enigma rotundo. En 10 años los pueblos más civilizados, cultos y ricos del planeta asesinaron a millones de sus compatriotas. Se suele decir que los alemanes liquidaron a seis millones de judíos. Esa es la versión alemana. Lo cierto es que asesinaron a seis millones de alemanes, polacos, húngaros, con la ayuda de los gobiernos francés, italiano, holandés y así sucesivamente. Los pueblos más avanzados del planeta demostraron que ni la riqueza, ni la cultura, ni la civilización son garantía de humanidad. Ni mucho menos de sensatez.
La resaca fue considerable. Incontables ciudadanos contrajeron una repugnancia invencible hacia los vendedores de esperanza, fueran estos patriotas, sacerdotes, comunistas, psiquiatras o economistas. El desvío hacia Oriente, además
de una frivolidad, fue consecuencia de la dificultad de creer en la esperanza occidental. ¿Qué podías
esperar? Las mejores cabezas trataron con ahínco de que nadie se llevara a engaño, sobre todo los estudiantes, masa frágil y maleable. La llamada "filosofía de la sospecha" quiso dar armas de resistencia contra el canto estupefaciente de los tenores y las sopranos políticas y mediáticas. Aparecieron publicaciones destinadas a revelar las mentiras de los diarios optimistas, es decir, corruptos. La televisión era el entierro de la sardina, el espejo de la farsa gubernamental, la esclavitud moral, el analfabeto ufano de serlo.
Han pasado los años. Ya no puedes escuchar al crítico respetable sin tener que apagar la radio por el estruendo publicitario. Imposible ver la tele sin espantarse ante la masacre. Los diarios respiran publicidad, lo que da a esas empresas un poder parejo al del Estado o las finanzas, si acaso difieren. No hay político que no venda nuestro futuro, ni futuro sin traje regional. Sucias mentiras vestidas para la boda. El escéptico ve un mundo en ruinas, poblado por cadáveres joviales.
Por lo menos ahora ya sabe quién gano la guerra: los mayoristas de la droga beata, los gimnastas de la genuflexión divertida.

Corbacho: Conocerte es quererte.

Tras la impresionante subida estival del paro en España el flamante ministro de Trabajo, Celestino Corbacho anunció que vetaría los contratos de inmigrantes en origen. Le han llovido críticas de todos los lados. De los suyos, tanto del PSOE como del PSC (Cómo tener dos amores a la vez y no estar loco...), de sindicatos e incluso Gaspar Llamazares calificó a Corbacho de "xenófobo". En realidad no todo han sido críticas, el PP le ha ofrecido su apoyo para enfrentarse a de la Vega.
Conocer a Corbacho es quererle. Qué bien vivía en la Alcaldía de L´Hospitalet de Llobregat y en la Diputación de Barcelona. Cualquier cosa que decía era aclamada. Corre el rumor de que un ayudante suyo asintió con tanta fuerza ante una idea de su jefe que se fracturó la barbilla con el pecho. Qué bien vivía de capitan del PSC, de barón del PSOE o como se ha oído tantas veces de cacique de L´Hospitalet.
Ahora cuando habla no esculpen sus palabras en mármol. Ahora se las examinan... y no cubre el expediente. No puede seguir diciendo lo primero que le pasa por la cabeza. Lo he pensado detenidamente y no entiendo como Corbacho pudo sacar la conclusión de que como hay parados en España no pueden venir inmigrantes. Acaso cuando tú llegaste a Catalunya no habían parados aquí.Y no digas que no es lo mismo, o mejor dicho se lo explicas a tus "compis" del Govern de la Generalitat que prefieren ser solidarios con el Sur de Francia antes que con el Oeste de España. Puede que la solución esté en que vuelvas a explicar tu viaje en tren desde Extremadura a Barcelona y que nos vuelvas a explicar las penurias que pasaste cuando eras un joven inmigrante. Sólo de pensarlo ya se me nublan los ojos.
Recuerda Corbacho que el PP te apoya, recuerda que siempre te quedará el PP. En L´Hospitalet somos muchos los que siempre hemos sabido que decir que eres socialista no te convierte en socialista...son tus hechos y tus hechos van saliendo a la luz.