miércoles, 30 de septiembre de 2009

Felicitar a la clase política sin vergüenza alguna.

Hace unos días apareció en La Vanguardia una carta al director que firmaba Amadeo Rojo Morientes, aparentemente era la opinión de un ciudadano cualquiera. Esta es la carta que llevaba por título "Felicitar a la clase política", una felicitación en toda regla al consistorio hospitalense:



Creo que es necesario que los ciudadanos nos preocupemos y estemos atentos de lo que hacen nuestros gobernantes, criticando y dando la voz de alarma cuando éstos no hacen lo que debieran, como pudiera ser preocuparse de los problemas de sus ciudadanos.

Sin embargo, creo que también es de recibo felicitar a la clase política cuando está haciendo bien las cosas. En L'Hospitalet de Llobregat, el Ayuntamiento ha recibido 44,5 millones de euros del Fondo Estatal de Inversión Local del Ministerio de Administraciones Públicas y, con este dinero, la Alcaldesa y el equipo de gobierno han presentado, tal y como pude leer en la prensa, 145 proyectos para mejorar las calles de la ciudad, eliminado barreras arquitectónicas, así como obras de mejora en escuelas y polideportivos. Todo esto lo harán contratando empresas de la ciudad o del entorno más próximo, es decir: se mejora la ciudad y a su vez se generan puestos de trabajo para sus ciudadanos. Estas medidas sí que significan pensar y tratar de paliar los problemas reales de la gente y por eso creo que, en mi ciudad, sus gobernantes sí merecen una felicitación de, al menos, uno de sus ciudadanos.



Esta es la carta. Lo que parece un ciudadano contento con su Ayuntamiento, en realidad es la demostración de peloteo más vergonzosa de los últimos tiempos. Amadeo Rojo es desde hace muy poco funcionario del Ayuntamineto de L´Hospitalet de Llobregat, y ha colaborado en repetidas ocasiones, en actos y escuelas de Formación de las juventudes socialistas. 38 años viviendo en L´Hospitalet y todavía me sorprendo del clientelismo político que reina en mi ciudad.

Si perdiera la memoria ¡qué pureza!


Félix de Azúa en El Periódico de Catalunya


Este verso de Pere Gimferrer, verso que fuera famoso entre los estudiantes de hace treinta años, me ha venido a la memoria (ahí está el punto) tras escuchar la curiosa anécdota que me contaba un colega del departamento. Póngase en su lugar. Hablamos de estudiantes de arquitectura de cuarto curso. Unos gañanes. El profesor describe la construcción de las ermitas románicas y su notable riqueza técnica, se detiene un momento en la ornamentación y da unas someras explicaciones sobre la simbología del pantocrátor que preside el ara con rigor cejijunto. Señala al Cristo fiero y los adláteres.
A la salida se le aproxima un muchacho que, llevado por la curiosidad, le pregunta: «Oye, el Cristo ese del que hablabas, será el de los cristianos, ¿no?» Mi amigo, habituado a la ingenuidad juvenil y a su inocencia en materia de conocimientos, confirma la suposición del chaval («¡Ah, me lo imaginaba!», añade el chico) y luego, como para completar el asunto, le pregunta: «¿Y ya sabes en qué siglo nació?» El estudiante duda unos momentos y luego, con abierta franqueza, responde: «No, no lo sé, ¿en el siglo VII?»
Lo conmovedor de esta escena, que no es la más sintomática que hemos vivido este año, no reside en la ignorancia del muchacho, la cual debe ser atribuida a sus profesores, a sus padres y por encima de todo a los sucesivos ministros de Educación, sino en la sublime paz interior que ostenta. En efecto, situar el nacimiento de Cristo más o menos siete siglos después de muerto me parece algo sensacional. ¡Librarse de una vez y para siempre de toda la tradición occidental! ¡Carecer de historia, de conciencia temporal, de pasado, de referencias, de modelos! Se entiende, claro, la necesidad imperiosa de estas criaturas, su obsesión por conseguir una identidad y a poder ser una identidad colectiva que haga de la vida un desarrollo del botellón.
Porque, en efecto, no hay mayor pureza que la que se alcanza con la anulación de la memoria tras el paso por los sucesivos mataderos estatales del conocimiento. Una pureza, por así decirlo, aria.

martes, 29 de septiembre de 2009

Fascismo de barretina


Un trozo de la entrevista al publicista Joaquín Lorente publicada en El Periódico de Catalunya:


--También trabajó para políticos.
--Para Pujol desde la campaña de 1980 con el Ara convé, cuando todos pensaban que ganaría Reventós.

--Lo dejó.
--Noté que Convergència perdía su vitalidad. Fue decisivo cuando vi que había quitado la bandera española del despacho. Como el 46% de los catalanes, me siento catalán y español.

--Le acusarán de españolista.
--Tengo cierto descaro al decir lo que pienso porque me respeto a mí mismo. ¿Por qué debo callar?. El radicalismo cierra y perjudica. Hay peligro de fascismo de barretina.

--¿No exagera?
--Voces minoritarias se imponen a la realidad social diferente. Y la sociedad civil calla. Está desactivada. No es bueno para Catalunya ni para su imagen en España y en el mundo.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Las delicias del mal tiempo.


"...Peor irán las cosas, no haya miedo
de que alegría alguna ponga trabas
a la amargura de seguir con vida.

De espaldas al futuro.
Deparará el presente sus quimeras
Y la dificultad de ser felices."



Luís Izquierdo, Las delicias del mal tiempo.

Pensar igual.


"Cuando en un lugar todos piensan igual, lo más probable es que sea porque nadie piensa demasiado".


OCTAVIO PAZ

Esto es, seguramente, la democracia.


Ahora se pueden hacer caricaturas personales espléndidas, barrocas como las de Loredano o sintéticas como las de Peridis, y a los políticos se les puede poner a parir con los nombres y apellidos en negritas. Pero el humor, como la nostalgia de Simone Signoret, ya no es lo que era. A medida que iba ganando nombres y caras iba perdiendo significación genérica y ferocidad profunda. Esto es, seguramente, la democracia: un lugar donde se está contra el gobierno, no contra el sistema.


IVÁN TUBAU

domingo, 27 de septiembre de 2009

Falsos NO Nacionalistas. (2)



¡Hola! Soy Antonio Basagoiti, y si alguien quiere hablar conmigo antes debe ponerse de rodillas y decir: "El concierto vasco es lo mejor que ha parido madre".

Falsos NO Nacionalistas. (1)



¡Hola! Soy Patxi López y creo que el "concierto vasco" es el mejor invento desde la rueda.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Canciones que nunca fueron cantadas.

He escuchado y sigo escuchando que durante la Dictadura el catalán estaba perseguido. Os pongo un video de 1.963. En él vemos a Salomé cantando "se´n va anar"...por lo visto una canción que nunca fue cantada.

El hombre rebelde


"La rebelión posee una generosidad loca, porque da sin demora su fuerza de amor y rehúsa sin tardanza la injusticia. Su honor consiste en no calcular nada, en distribuirlo todo en la vida presente entre sus hermanos vivos."


Albert Camus, El hombre rebelde

viernes, 25 de septiembre de 2009

Memoria de jóvenes airados.

Emocionante video...emocionante para los que crecimos en una cancha de baloncesto, para los que nos hicimos hombres mientras sonaban Los Trogloditas. Emocionante para los que ya no somos tan jóvenes, pero seguimos teniendo memoria y seguimos buscando un aire de libertad.
Los que vivimos al sur de la esperanza...cautivos en reinos conquistados.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Lamento por Babel


Fernando Savater en El País.


Más de un cínico ha dicho que la mejor definición de "bien" es "un mal necesario". Y me temo que confirma este aserto desencantado el estruendoso entusiasmo que está oficialmente recomendado mostrar ante la diversidad de los lenguajes humanos. Lo que en la Biblia se presenta como maldición divina para castigar la pretensión humana (y humanista) de aunar a los hombres en Babel, o sea, en la tarea común de conquistar los cielos, es ahora visto como una bendición: cada lengua es una concepción del mundo irrepetible que multiplica nuestra riqueza de perspectivas, etcétera. En correspondencia, la extinción de cualquier lengua (es decir, que sus últimos hablantes elijan expresarse en otra de mayor extensión) es una grave pérdida cultural, equivalente a la desaparición de alguna porción específica de la biodiversidad natural. Penita pena.



Las ventajas de una lengua única para la comunicación me parecen indudables

Es el colmo de la autocomplacencia inútil felicitarnos por lo inevitable, y la pluralidad de las lenguas lo es: como el lenguaje no es una función natural, sino artificial, debe haber muchos. Pero si especulamos con lo más deseable, por una vez estoy de acuerdo con la Biblia. Las ventajas de una lengua única para la comunicación humana me parecen indudables, y sería estupendo que a ninguno nos faltaran palabras elocuentes ante ningún semejante en ninguna parte del mundo. En cuanto a la pérdida de supuestas concepciones del mundo inscritas en cada idioma, se compensarían de sobra con la posibilidad de conocer a fondo la perspectiva personal de cada gran pensador y cada gran poeta: me interesa más lo que piensa Shakespeare o Confucio que lo que se piensa anónimamente a través del inglés o del chino.

Los partidarios de Babel, empeñados en convencernos de que multiplicar las lenguas multiplica la riqueza cultural, deberían llegar hasta el final y admitir que lo mejor sería que cada uno tuviésemos nuestro propio lenguaje: el idiolecto, es decir, la lengua monocomprensible del perfecto idiota (en el sentido etimológico del término). Tampoco resultan convincentes quienes tratan de asemejar la desaparición de una lengua a la extinción de una especie biológica, porque ningún dinosaurio quiere ser abolido, pero en cambio sí hay hablantes que prefieren cambiar de idioma cuando el que tienen no les ofrece más que desventajas. Las lenguas no sufren por dejar de ser habladas, pero en cambio hay muchas personas que padecen si por razones de arqueología se les intenta mantener hablando la que menos les conviene...

Por supuesto, también añorar la lengua universal es perder el tiempo: lo más parecido que tenemos a ella es el inglés, pero no el de Marlowe o Dickens, sino el de la business school. En cuanto al esperanto, pese a su ingeniosa y racional construcción, no cabe sino certificar su fracaso. Sólo un indudable éxito se apuntó su creador, el industrioso doctor Zamenhof. A comienzos del pasado siglo, una empresa americana que se disponía a patentar la primera cámara fotográfica portátil le pidió un nombre para su producto que fuese igualmente eufónico en cualquier lengua. Y Zamenhof acuñó la única palabra de esperanto que todos hemos pronunciado alguna vez: kodak.

El Libro Bobo de Los Récords.

La noticia más boba de los últimos tiempos ha sido la de un récord batido en Perpignan. El protagonista ha sido Lluis Colet que ha estado 124 horas hablando sin parar. Fundamentalmente su discurso ha consistido en hablar de la cultura catalana, de la que es un acérrimo defensor. Como vemos en el siguiente video, el Señor Colet ha defendido la cultura catalana en francés, por lo que podríamos considerar que también ha batido el Récord a la paradoja más grande.
Curioso personaje, este que habita en lo que muchos llaman La Catalunya Nord y en realidad es el Sur de francia.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Mientras el nacionalismo pía, la ciudadanía está al acecho.

Estoy feliz de ser español.


Trozo de une entrevista a Rafel Nadal publicada en El Mundo:

"Yo no sé muy bien lo que comunico, esas cosas no las pienso, pero lo que sí sé es que la imagen de los españoles en el mundo es la de buena gente. Creo que es gente querida. Estoy feliz de ser español", afirma Rafa (para nosotros) o Naddaalll (para el resto), el número uno del tenis mundial en cualquier caso. "Creo que somos gente normal y educada, mucho más que en otros sitios. Yo que viajo mucho lo veo. Me pasan cosas alucinantes. Te metes en un ascensor y dices 'hola' o 'buenas noches' si hay otra persona. En muchos sitios del mundo ni te contestan, ni te miran a la cara. A mí me da rabia. Yo siempre insisto. '¡Hello!' Esto en España no pasa".

martes, 22 de septiembre de 2009

LA ABSURDA ANTIPATÍA ADMINISTRATIVA A UNA LENGUA


La opinión de Carlos Herrera.

Algunas autoridades autonómicas despliegan una extraña ojeriza contra el idioma castellano que resulta, como poco, de difícil explicación. Como si el idioma fuese, por sí solo, culpable de alguno de los males que supuestamente han pasado en su imaginario personal, en determinadas comunidades autónomas se ha desplegado concienzudamente un estado oficial de antipatía administrativa por el idioma común. La reciente Ley de Educación aprobada en Cataluña corrobora lo antedicho. La política educativa del Gobierno balear, más o menos por el estilo. El desalojado Gobierno gallego anterior a la victoria de Núñez Feijoó, tres cuartos de lo mismo. Siempre con el PSOE de por medio, por cierto. El mismo PSOE, en cambio –mediante un pacto con el PP, evidentemente–, es el que en la Comunidad Autónoma Vasca ha equilibrado el ansia exterminadora del PNV y sus mariachis y ha garantizado una enseñanza en equilibrio. En las calles de Barcelona, Palma o Santiago se habla castellano con absoluta normalidad, se alterna esta lengua con la que se considera propia –todas ellas muy similares– y se crea un espacio común de convivencia que la ciudadanía desarrolla con perfecta normalidad desde hace tantos años como existe el habla. ¿Por qué ese empeño, pues, en estigmatizar el uso de una lengua que es propia desde el momento que es usada por, al menos, la mitad de la población?

La lectura de las principales disposiciones de la ley catalana sorprende por su contumacia en disponer del catalán en todos los ámbitos de la vida estudiantil. Resulta esperanzador tan sólo que la enseñanza del castellano sea impartida en castellano, que a punto estuvieron de evitarlo; el inglés, parece, tendrá el mismo o mayor número de horas a la semana. Las autoridades catalanas entienden que los niños llegan al colegio con el castellano aprendido de casa: «Eso ya lo hablas con tu papá, nene, que es de Badajoz y así lo aprendes tranquilamente». En la escuela se vigilará que todo, absolutamente todo, sea en catalán. Comprensible que se pretenda que el uso del catalán, de considerarse tan mayoritario como único en un futuro, se corresponda con un dominio absoluto por parte de los hombres y las mujeres del mañana, pero ¿hasta el punto de inculcar al alumnado una especie de menosprecio institucional por una lengua que tendrán que utilizar con más frecuencia de la deseable para las autoridades? ¿O creen de verdad que lo que espera dentro de cien años es una arcadia aparte en la que catalanes y baleares no tengan que relacionarse en absoluto con el resto de los españoles? ¿Tal vez esperan que sus negocios con los aragoneses se realicen en inglés?

Batallar contra el castellano es una labor absurda: guste más o menos, su salud y vigor social están en expansión. Se entienden prioridades idiomáticas, incluso el uso vehicular de una lengua por encima de la otra –castellano, gallego y catalán son tan semejantes que pasar de una a otra no debe suponer ningún sacrificio lingüístico–, pero inculcar ojerizas normativas sólo lleva a sus impulsores al ridículo. La gente, lo admita con más o menos disgusto, hablará lo que quiera, aunque el uso de un idioma concreto sea imprescindible para relacionarse con la Administración. Y lo hará por muchos comisarios que le pongan sobre el hombro. Sólo que no dotarán a varias generaciones de ciudadanos de un arma estratégica de primer orden: hablar castellano tan sumamente bien como hablan gallego, vasco o catalán. Los jóvenes que viven en esas comunidades deben hablar esos idiomas a la perfección –no encontrarán en este articulista a alguien que crea menor el conocimiento de esas lenguas, antes al contrario–, pero no es bueno que vayan a conocer el castellano a través de Gran Hermano o de Operación Triunfo. Los odios a los idiomas se pagan muy caros a largo plazo. Díganmelo a mí, que no sé escribir bien el catalán debido a que, en mi edad de escuela, también lo aprendí en la calle.

Diminutivos


Sabino Méndez en La Razón.


Los impacientes poderes económicos que mandan mi vida me dicen que ya está bien de jugar la carta de corresponsal para pegarme unas vacaciones en Galicia y me veo obligado a despedirme de la región. Echaré particularmente de menos a un nuevo amigo que he hecho: un gallego de ida y vuelta que trabajó de sereno cerca del Congreso el 23-F.
Este hombre estaba presente, en efecto, el día en que esa respetable institución fue escandalosamente asaltada pero habla de ello como de una ocasión fuertemente jocosa. Eso me hace pensar que desprecia a los diputados y a la democracia en general, pero él me corrige. Respeta a la democracia, dice, porque es el sistema menos malo que hemos encontrado para que unos hombres ejerzan su dominio sobre otros. Pero intenta hacerme comprender que la democracia es un sistema y nuestros congresistas lo que son es humanos. Y no se puede comparar, ni poner al mismo nivel, ni tratar con los mismos métodos de análisis a un sistema abstracto que a seres humanos concretos. Le comento que eso que dice es epistemología pura. Me replica que de nuevas tecnologías no entiende pero que actualmente nuestra política es un lugar dónde se encuentra lo mejor y lo peor: hay gente sacrificadísima de enorme talento y, a la vez, trepas repugnantes que sólo buscan montárselo. En la política española, como en su revuelto mar de Finisterre, sólo la hez y la crema flotan mientras que el esforzado resto se pierde por los fondos.
Este hombre que, a sus casi ochenta años, afronta aún el mundo con vigor y combatividad, lo que verdaderamente desprecia es el uso zumbón de los diminutivos para designar a los gallegos. Le parece que eso se hace para empequeñecerlos, para disminuir su valía. Y cree que eso no es jugar limpio. Porque al final, dice, los gallegos terminan siempre mandando y todos los demás obedecen.

lunes, 21 de septiembre de 2009

La abeja Maya


Manuel Martín Ferrand en ABC


NO es cierto que el mosaico español se componga con diecisiete únicas teselas, tantas como Autonomías. Es un mosaico de más de cuarenta millones de piezas, una por ciudadano. Para que todo resulte más complejo, la figura resultante no se ajusta a un único modelo. No es como un puzle que reproduzca La rendición de Breda, pongamos por caso, sino que, como en la vida misma, hay de todo y en distintas proporciones en esa figura final de la Nación. Así se entiende que nunca se entienda nada.
El sistema electoral en beneficio de la partitocracia imperante, difumina la condición representativa del Congreso y, tras un Debate sobre el Estado de la Nación, sólo puede decirse con rigor que en él se escucharon ruidos procedentes de la realidad; pero que, en puridad, ni fue un debate ni se refirió al Estado y que de la Nación sólo se abordaron algunos, y no los mayores, de sus problemas económicos. Una mixtificación en la que cooperaron, con entusiasmo, todas las voces intervinientes en la Cámara. Sólo las minorías nacionalistas le pusieron un puntito de diversidad al espectáculo cuando, en ceremonia clientelista, cada uno de sus representantes le preguntó al presidente del Gobierno: «¿Qué hay de lo nuestro?».
Si aceptamos el principio democrático de que no es un Parlamento una sala repleta de diputados si en ella no se abordan con diáfana claridad los asuntos que interesan a los ciudadanos, el palacio de la Carrera de San Jerónimo es sólo un monumento del catálogo arquitectónico de Madrid. Como el Teatro Real o el de la Comedia. Un espacio para la representación de una parodia. Así actúan un protagonista cuyo final feliz está determinado por el argumento convenido, un antagonista a la espera de un cambio de papeles y unos agonistas más que le prestan a la función un cierto aire plural. Ni tan siquiera hay lugar para el happening. Los actores llevan escritos y aprendidos hasta los insultos que dirigirán a sus interlocutores en respuesta a los que ellos pueden llegar a decirles. Un fraude.
Ayer seguí por La 2 el último tramo del Debate y al final, me pudieron el sopor y el aburrimiento. Desperté cuando la programación ofrecía un episodio de La abeja Maya, la popular serie japonesa para niños. La voz de la dobladora española de Maya, Matilde Vilariño, me resultó más real y próxima, muchísimo más fiable, que las de Zapatero, Rajoy y demás actores de la representación.

La triste verdad catalana


José García Domínguez en Libertad Digital.

A propósito del muy tedioso asunto de las lenguas propias e impropias de Cataluña, hay una evidencia que no puede seguir negándose por más tiempo: la complicidad activa de la sociedad local ante la fulminante expulsión del español de la vida pública. A estas alturas del delirio colectivo, iría siendo hora ya de olvidar la fantasía pueril que aún pretende a una mayoría de catalanes buenos oprimidos y amordazados por una siniestra y todopoderosa elite de nacionalistas malos.

Así, desde la honestidad intelectual, no cabe seguir esgrimiendo, por ejemplo, que los enunciados críticos de los disidentes resultan censurados antes de poder llegar a sus cándidos y "alienados" destinatarios últimos. Eso, simplemente, no es cierto. Sí llegan. Claro que sí. Un notable grupo de intelectuales y periodistas indígenas lleva años difundiendo razonamientos contrarios al obsesivo acoso institucional contra el y lo español en Cataluña. Resultado: en el mejor de los casos, fría indiferencia; en el más frecuente y habitual, hostilidad abierta, repulsa activa y rechazo manifiesto, cuando no violencia latente. Es peor que sórdido, pero es la verdad.

Ahora, con esa solución final para el idioma apestado que han dado en llamar Ley de Educación de Cataluña, ha vuelto a constatarse lo mil veces sabido: las muestras de repudio frente al integrismo gramático siguen siendo estrictamente testimoniales, poco más que marginales; al punto de que ni siquiera pierde excesivo tiempo con la cuestión esa pasarela de jóvenes sobradamente arribistas que se coló en Ciudadanos con tal de hacer carrera donde fuera, como fuera y con quien fuera. Y pensar que basta con entender apenas un párrafo de Argumentos para el bilingüismo, el libro de Jesús Royo Arpón, para descifrar de golpe las claves todas del nada misterioso enigma catalán:

[A mediados del siglo XIX] La lengua, que estaba en las últimas y a punto de ser abandonada como un trasto inútil, de repente se tornó muy útil: funcionó como marca diferencial entre los nativos y los forasteros. Y eso, evidentemente, tenía consecuencias en cuanto al reparto de los bienes sociales, o sea, del poder (...) Los que tienen el catalán como lengua materna lo valoran como una marca entre ‘nosotros’ y ‘ellos’. Y el inmigrante lo valora aún más, como el medio para ascender un peldaño en la escala social.

Y es que la verdad resulta tan míseramente simple como eso.

domingo, 20 de septiembre de 2009

La rebelión del idioma


Manuel Martín Ferrand en ABC.


TREINTA años de uso y abuso han dejado la Constitución del 78 hecha unos zorros. No hay más que verla, pobrecita, vaciada del espíritu que la alentó y convertida en un mero recurso retórico para el poder central del Estado. Su Título VIII, tan voluntarioso como ambiguo, ha sido la mecha provocadora de una explosión que ha conseguido vaciar de contenidos un Estado muchas veces centenario y sin consistencia a toda una vieja Nación. Para mayor paradoja, una de las instituciones que más ha contribuido a que así sea, a que la Constitución se convierta en referencia vaga y a que salten sobre ella, y la despiecen, los Estatutos de Autonomía que rompen muchos de los supuestos de la unidad del Estado, es el Tribunal Constitucional.
Estoy pensando en la próxima Ley de Educación de Cataluña que acaba de aprobar la Comisión correspondiente del Parlament. Es el gran fruto de un Govern tripartito y disparatado que, con un cordobés como president y al amparo de una de las muchas zapateradas que ya padecemos, sacó adelante un nuevo Estatut, en vigor, que tres años después de su refrendo por uno de cada tres catalanes, todavía no ha merecido la valoración del TC. Una Ley totalmente rompedora con la letra y el espíritu constitucionales, que establecen que el catalán es «la lengua propia» de Cataluña y que debe ser «la única vehicular» en la enseñanza. Nada de bilingüismo. Nada de idiomas co-oficiales. El castellano, tras la votación del mes próximo en el Parlament, será en Cataluña un poco menos que el francés, como el inglés: un idioma «extranjero».
Abrumados por las crisis económicas que padecemos y ante el creciente y doloroso problema del paro, no reparamos con la suficiente intensidad en los problemas que, fecundados por el germen confederal de José Luis Rodríguez Zapatero, están resquebrajando el Estado. Cataluña, con la complicidad, activa o pasiva, del Constitucional, en donde parecen esperar que el tiempo alivie los problemas que ellos no quieren abordar con la diligencia debida, se establece por su cuenta en la educación de sus ciudadanos y rompe con el principio del castellano como idioma oficial de España. Es todo un cataclismo previsible y no previsto que pone en evidencia, además de la deslealtad constitucional de la Generalitat, la irresponsable incapacidad del Gobierno de España y del tan pomposo como innecesario Tribunal Constitucional.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Los reflujos soberanistas.


Valentí Puig en ABC.

Es en múltiples frentes que el soberanismo retrocede, en parte porque la recesión económica absorbe energías y focaliza la inquietud, pero sobre todo por un reflujo verificable del nacionalismo periférico. El adiós de Ibarretxe tras décadas del PNV en el poder tuvo mucho de gesticulación crispada, de abandono tosco del poder al tener que asumir una grieta en la quilla soberanista después de anunciar diversos planes secesionistas con consulta popular. Hubo quien ya diera por imposible el reflujo, deduciendo del imponente flujo centrífugo de hace unos años, con el auge de la alianza del zapaterismo con los soberanistas y el segundo estatuto catalán, que España estaba definitivamente rota. En estas materias, un cierto fatalismo de la derecha a menudo ha dificultado los diagnósticos por verlo todo en blanco o negro. Ciertamente, el detonador había sido zapaterista.

Por contraste con el patriotismo fatalista, lo que ha pasado es que el PP regresó al poder en Galicia, desactivando la coyuntura del PSOE-BNG, el socialista Patxi López es «lehendakari» con los votos del PP y en Cataluña la clase política ya no sabe exactamente cuál es la salida del «impasse» formado al centrarlo todo en torno a la financiación autonómica sin valorar el abstencionismo galopante de la sociedad catalana. A la espera de una sentencia del Tribunal Constitucional sobre el «Estatut», tanto el gobierno de Montilla como el mundo nacionalista se muestran en fase casi catatónica, cercana al deterioro de las constantes vitales. ¿En qué medida una u otra sentencia afectará al comportamiento de la sociedad catalana?
El descontento de CiU con Zapatero ha sido formulado de modo reiterativo y gráfico. En ERC el despedazamiento interno es bárbaro. La Convergencia más soberanista espera que un cismático de ERC, el ex «conseller» Joan Carretero, forme grupúsculo y llame a la puerta de la casa madre de lo que fue el pujolismo. En Unió Democrática y el mundo empresarial catalán no pocos preferirían una reedición de los pactos del Majestic, tan prácticos y favorables en su momento. Es cierto que Artur Mas firmó ante notario que no pactaría con el PP, pero nunca digas nunca. Cambiar el testamento también se hace ante notario. Rajoy pisa Cataluña con frecuencia. Ahí el menor avance electoral ya significa algo.

Con la crisis económica, se agota el balón de oxígeno al que el zapaterismo recurrió para contribuir al deterioro del modelo territorial del Estado de 1978. De haberse consolidado un desbordamiento fragmentador, la dosis de determinismo histórico que configura el destino de los nacionalismos hubiese sido mucho mayor. Según las teorías de la complejidad, las sociedades se hacen más complejas en la medida en que intentan solventar más problemas. En España, sabemos ya que querer trastocar el modelo territorial exacerba la confrontación política, pone en riesgo la unidad de mercado, incrementa la litigación institucional y merma la cohesión general: mayor complejidad, y menor posibilidad de solución, menos horizonte en común.

Los conflictos que se enquistan alejan «per se» la transacción equilibradora. Con flujos soberanistas, el mejor de los ajustes -como la Constitución de 1978- se ve secuenciado por nuevos desajustes, a veces de la forma más inesperada o ya sea de modo previsible. Esa ha sido una de las aventuras más desventuradas del zapaterismo. Con el reflujo, un elemento reflexivo compartido sería higiénico. A lo mejor entraríamos paulatinamente en algo distinto.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Morriña


La opinión de Sabino Méndez en La Razón.

Comentábamos la semana pasada como, ya hace años, el escritor Julio Camba se quejaba de que a los gallegos como él se les suponía de antemano un carácter triste y taciturno. Un gallego alegre que tuviera algo de amor propio se veía obligado, pues, a pasarse la vida demostrando sus capacidades humorísticas mientras que un andaluz espabilado de la misma talla y peso, por el mero hecho de hablar aspirando las eses, obtenía el beneficio de ser considerado ya de entrada de un gracejo tronchante. Eso no lo veía justo y, ahora que estoy en esta región, a mí tampoco me lo parece. Pero entiendo que ese tópico no es más que otra de las excusas prefabricadas para perpetuar el eterno conflicto territorial de nuestra península. Esos estereotipos tienen varias caras. Según se les quiera tratar bien o mal, los gallegos serán tristes o reflexivos, los catalanes ahorradores o tacaños, los vascos nobles o brutos, los castellanos austeros o crueles, los andaluces alegres o vagos.
¿En serio queda alguien que todavía se crea estas memeces? Porque luego resulta que llorones, vagos, avaros, brutos y crueles encontramos en la misma exacta proporción por todas partes de la península. El conflicto territorial si sigue eternamente es porque las élites de la provincia necesitan colocar a los hijos en puestos bien pagados aunque no hagan gran cosa o su nivel sea discutible. La excusa será cualquiera: a veces la lengua, el agua, los incendios forestales, los tópicos de los que estamos hablando o lo que sea. Lo importante es que el conflicto territorial entre regiones siga, no vayan a derrumbarse un montón de puestos de trabajo financiados con dinero público: toda una industria retórica basada en convencer al crédulo de que los locales lo defenderán mejor. Y ese derrumbe sí que iba a provocar una gran morriña en muchas cuentas corrientes particulares.

Investigación rigurosa y fina en Cádiz.


Félix de Azúa en El Periódico de Catalunya.

Siempre que se abate sobre el mundo una crisis, los cráneos científicos buscamos un lugar donde constatar con rigor los datos que se publicitan y politizan. La vez anterior trabajé sobre Sanlúcar de Barrameda, de manera que ahora me voy a Cádiz. Solo en lugares como esa milenaria península, castigada por las finanzas y relegada de la caridad autonómica, se puede medir el grado de espanto y horror de la crisis. Puedo adelantar que el consumo de langostinos ha subido un 85% en los últimos dos meses, y el de manzanilla, un 73%.
Es jueves: los bares, tabernas y figones están a rebosar, los restaurantes elegantes, más. Me acerco a la calle Columela, el banco de datos más denso de la ciudad porque concentra el negocio refitolero tipo Armani, pero no puedo entrar. Es una corredera de unos tres metros de ancho, pero desde las cuatro de la tarde está tomada por la población toda de Cádiz. Con hegemonía de las madres de cochecito. Cuento en media hora 94 cochecitos en feroz competencia con los manteros que extienden su producto (tan nocivo para la ministra) sin compadecerse de las jóvenes madres. Los atascos son fenomenales.
Recojo datos con Perico, de la Asociación Qultura y, según vemos, el pueblo gaditano ha elegido una senda feliz para luchar contra la crisis: gastar más. Los 100 langostinos extra sirven para que el tabernero se compre zapatos, el zapatero una moto, el gasolinero un pantalón, y así sucesivamente. La crisis, allí, ha sido detenida.
Para verificarlo, me voy en barco al Puerto de Santa María, lugar muy pavorosamente castigado por la crisis. Todo en orden: el consumo de langostinos, según constato en los cocederos, es superior al de Cádiz. Regreso feliz. Mañana podré explicar a Zapatero o quizá a Carla cómo hay que apañarse para salir de la crisis. Desde el barco veo relumbres blancos de alas como hoces: son los charranes lanzándose en picado sobre las aguas, de las que emergen con un boquerón en el pico. En este pasmoso lugar, la Gran Madre Inagotable ha adiestrado a todos sus hijos en la lucha por el pescaíto.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Seriedad con Europa


Antonio Gala en El Mundo.

ALGUNAS de nuestras Autonomías dan la tabarra en la UE al ofrecer peculiaridades ajenas a la legislación general. El Consejo de Estado ya emitió una consulta, que temo encerrada en La Moncloa.A imitación de Alemania, donde el interés general lo define el Gobierno federal, no los länder, tendría que resolverse nuestro caso. Más, porque España no es un Estado federal ni que a la ventana te asomes; más bien un corral de gallitos gritones. Esperemos que la experiencia de Chaves los armonice, pero sin excesiva confianza. Porque corremos el riesgo de que manden a hacer puñetas nuestros protagonismos aldeanos. Una verdad mayor: el Estado es el único actor responsable ante Europa. Y no cabe otra. Sí; armonizar a través de leyes ya previstas en la Constitución (150.3).Para lo que se necesitaría otra legislación acordada en común. Y eso es ya atroz: una multiplicación de preceptos redactados por gente sin otra idea que llevarse el gato al agua... Los políticos son blandengues si necesitan votos; los representantes, iletrados; y la postura estatal, de plastilina

Bipolar

martes, 15 de septiembre de 2009

lunes, 14 de septiembre de 2009

Mal reparto.


Una columna de Ángel de la Fuente publicada en El Periódico de Catalunya:

Lo peor de las crisis económicas es que están muy mal repartidas. En una recesión normal el descenso de la renta per cápita medida a precios constantes no suele pasar del 2% o el 3%. Si el recorte de ingresos fuese uniforme para todos, la situación --aunque desde luego poco placentera-- distaría mucho de ser dramática. En la práctica, sin embargo, los daños se concentran en un grupo relativamente reducido de empresas que se van al garete y de trabajadores que pierden su empleo o no pueden encontrar uno, mientras que el resto de la población mantiene más o menos constante su nivel de renta.
España es uno de los países industriales en los que más rápido se destruyen puestos de trabajo en periodos de crisis. En la década que siguió al primer shock petrolífero de los años 70, el número de empleos por persona en edad de trabajar se redujo en nuestro país en un 23% frente a un descenso del 3% en el conjunto de la OCDE, de un 8% en los 15 miembros de la Unión Europea antes de su ampliación al Este (UE-15) y a un aumento del 2% en Estados Unidos.
En la recesión de principios de los 90 la historia es similar aunque menos dramática. En los tres años siguientes al inicio de la crisis, el indicador citado de empleo se redujo en el 6,4% en España, en el 3,5% en la UE-15, en el 2,3% en los Estados Unidos y en el 1,9% en la OCDE.
Muchos economistas pensamos que estas diferencias tienen bastante que ver con el grado de flexibilidad salarial de las distintas economías. Cuanto más rápido se ajusten los salarios reales ante una perturbación adversa, menor será el incremento del paro y más rápida será la salida de la recesión.
Si tenemos razón --y la evidencia empírica así lo sugiere-- sería necesario realizar una reforma en profundidad de nuestro sistema de negociación colectiva para eliminar o al menos mitigar algunas de las rigideces que este introduce en el proceso de formación de salarios.
En las circunstancias actuales, podría ser aconsejable ir más allá y buscar un pacto entre los agentes sociales para intercambiar menores salarios por más empleo con el fin de minimizar los costes sociales de la crisis.

domingo, 13 de septiembre de 2009

La naturaleza es sabia.

Un árbol mostrando la opinión que le merece el Referéndum de Arenys de Munt.

Sildavia


Sildavia es un país que sale en las aventuras de Tintín, un país fruto de la imaginación de Hergé. Como la Catalunya inventada que nos vende ERC y permite el PSC.




Sildavia

Un pueblo Sildavia, "reino del pelícano negro", es un pequeño estado de Europa oriental que no cuenta más que con 642,000 habitantes. El país está compuesto por dos grandes valles que se juntan en Klow, la capital (122,000 hab.). La topografía es bastante accidentada y la cordillera montañosa de las Zmylpathes, rica en yacimientos de uranio, ocupa una parte del territorio. El subsuelo es muy rico y los llanos muy fértiles, cosa que favorece el cultivo del trigo. La moneda del país es el khor. Las principales exportaciones son el agua mineral de Klow, la madera y los caballos. Los violinistas sildavos son también famosos. Finalmente, el territorio es servido por la compañía aérea Syldair.

Escudo de armas de Sildavia conoció una historia muy accidentada, puesto que estuvo bajo el dominio turco por más de dos siglos. Los eslavos reconquistaron el territorio en 1127 bajo el mando de Hveghi, quien había de convertirse en el rey Muskar I. Sus sucesores se fueron debilitando poco a poco y Borduria, país vecino, conquistó el país en 1195. En 1275 el barón Almazout expulsó a los ocupantes y se convirtió en rey, con el nombre de Ottokar I. Sin embargo no fue hasta el reinado de Ottokar IV cuando el país se desarrolló y fue unificado. A consecuencia de un altercado con un barón, el rey se defendió con su cetro. Desde ese día, para mantener su trono, el rey debe presentar su cetro a la multitud en ocasión de la fiesta nacional, de San Vladimiro. De ese acontecimiento se origina también la divisa del país: Eih bennek, eih blavek, osea: "El que se rasca es porque le pica".

En el Cetro de Ottokar Tintín interviene directamente en los asuntos del país. Tintín descubre un complot para robar el cetro y de esta forma destronar al rey y desestabilizar el país. Luego de esto los bordurios invadirían Sildavia. Afortunadamente, Tintín encuentra el cetro y frustra la jugada de los bordurios. Después de la guerra, en Objetivo: la luna, ricos yacimientos de uranio se descubren en las Zmylpathes. El gobierno sildavo decide entonces construir un centro de investigaciones atómicas con fines pacíficos. Es pues en Sildavia donde se dispara el primer cohete lunar, concebido por el profesor Tornasol. Sin embargo, el país no escapa al enfrentamiento de las superpotencias. En El Asunto Tornasol, Sildavia, aliada del oeste, y Borduria, convertida en dictadura comunista, libran una batalla inmisericorde para conseguir el arma de Tornasol.




Groenlandia.


Una inmensa mayoría de habitantes de Groenlandia votó a favor de una mayor autonomía de Dinamarca. Es decir que Groenlandia ha votado un estatuto que permite romper con Dinamarca.
Es un buen momento para recordar que Groenlandia junto a Las Islas Feroes son los únicos lugares del mundo que tienen la misma política lingüística escolar que Catalunya. Si nos fijamos en Groenlandia, veremos la hoja de ruta que está siguiendo más de un político catalán. Hoy más de un catalán se siente un poquito inuit...
Para ilustrar este despropósito os dejo un clásico del Pop de los 80: Los Zombies.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Carod destina 50.000 euros para promover el occitano en Cataluña


Noticia publicada en e-noticies.


Un total de 50.000 euros destinará el Departamento de Vicepresidencia, que dirige Josep Lluís Carod-Rovira, a subvenciones para la promoción de la lengua occitana en Cataluña, según la convocatoria publicada al respecto en el Diario Oficial de la Generalitat.

Podrán solicitarse las subvenciones para las siguientes actividades:

- "La organización de cursos de lengua occitana que puedan enmarcarse en el marco europeo común de referencia (aprender, enseñar y evaluar) del Consejo de Europa.

- "Las actuaciones que fomenten la presencia del occitano en la imagen y la comunicación de las empresas y entidades, por ejemplo en la rotulación y la señalización externas e internas, las ofertas de servicios (como las cartas y menús de bares o restaurantes ), las publicaciones, la publicidad o las comunicaciones orales y escritas.

- "Las iniciativas que tengan como objetivo el fomento del uso oral y escrito del occitano en cualquier ámbito de la vida social y pública.

- "Los trabajos de traducción al occitano de obras de la literatura internacional de calidad reconocida.

- "Las actuaciones de difusión de la realidad occitana, como ciclos de conferencias, cursos intensivos y extensivos de divulgación y estancias para el aprendizaje de la lengua occitana y de su cultura".

Cuando se prohíbe el español en el Colegio Cervantes


La Editorial de El Mundo.

Nuestros lectores conocen bien la defensa que este periódico hace del derecho de los padres a elegir la lengua en la que desean que sus hijos sean educados, el castellano o la propia de cada Autonomía. La noticia que hoy publicamos da una vuelta de tuerca más a la imposición de las lenguas cooficiales y la marginación de nuestra lengua común. Porque lo que el padre de Olav quiere porque lo demanda su hijo escolarizado en Ibiza, no es ya que le den las clases en castellano o que los profesores se dirijan a él en esa lengua, sino sólo que el niño pueda utilizarla, aunque sea para hacer los exámenes. Se da además la circunstancia de que el chaval, de 11 años, es disléxico, lo que le acarrea dificultades para leer y escribir. Aunque el padre de Olav es ibicenco y habla catalán, la madre es andaluza y por eso en su hogar se ha hablado siempre el castellano, algo que para una de las profesoras del niño constituye «una vergüenza».

La historia de Olav es surrealista. En primer lugar, su colegio se llama Cervantes. ¿Es que alguien se imagina una Shakespeare School en el Reino Unido en la que no se pudiera hablar inglés? ¿O una Ecole Victor Hugo en cualquier rincón de Francia que tenga vedada la lengua del celebérrimo autor? Por desgracia, sólo en España algo así resulta posible. Por otra parte, se supone que en el curso de Olav todas las materias deben ser impartidas en catalán menos dos, la Lengua Española, como es lógico, y las Matemáticas. Pero como la profesora que imparte esta última es catalanoparlante, se salta a la torera la normativa sin cortapisas.Es decir, el centro permite una libertad de criterio al profesorado que no está dispuesto a extender a un solo niño, a pesar de que lo que hacen los profesores repercute en todo el alumnado y lo de Olav sólo le atañería a él. Al parecer, no hay reglas fijas siempre y cuando lo que gane terreno sea el catalán.

Para la directora del centro, lo único que quiere la familia de Olav es «levantar polémica». Tres años le han dicho al padre los abogados que podrían tardar los tribunales en darle la razón, una eternidad en lo que a la educación de un niño se refiere.Por eso, al final parece que las opciones se reducen a dos: someterse a la imposición nacionalista o marcharse. Así lo debieron de entender los 39 profesionales médicos del único hospital público de Ibiza que han anunciado que se irán en rechazo a tener que acreditar por examen su conocimiento del catalán.

Hace ya cinco años que un decreto estableció en Baleares el catalán como «lengua vehicular» en la enseñanza. En la práctica, esa normativa se usa ahora como un mandato para eliminar el castellano de las aulas. Zapatero no se ha conformado con aceptar implícitamente esta política, sino que la ha legitimado, como demuestra su decisión de enviar a los Reyes a inaugurar este curso escolar a un colegio de Menorca que la aplica.

Está por ver si la llegada del nuevo ministro de Educación cambia en algo las cosas. Preguntado recientemente sobre el acuerdo entre PSE y PP en Euskadi para que los padres puedan escoger la lengua en la que quieren educar a sus hijos, Angel Gabilondo afirmó que «la respuesta está en la Constitución, en la que está claro cuál es la lengua oficial y cuáles las cooficiales». Desde luego, en la Constitución no puede estar más claro. Pero el Gobierno parece tener muy poca voluntad de que ésta se cumpla en todo el territorio español. El pasado sábado, Zapatero atribuía las posibles dificultades del PSOE en el Parlamento al «acierto» de su política de «vertebración y cohesión de la España plural».Sin embargo, la odisea de Olav demuestra lo falaz de ese discurso, pues es el Partido Socialista el que gobierna en Baleares y permite que sus socios nacionalistas cercenen impunemente la libertad y la pluralidad lingüística.

Un tema delicado.

La opinión de Jesús Royo, en lavozlibre.com


El señor X dice que sobre el tema de la lengua hemos de ser discretos, porque “es un tema delicado, y es un momento delicado”. Y el diagnóstico que saca es el de siempre: hemos de callar.

Porque ¿qué significa “un tema delicado”? Delicado quiere decir que no lo puede tocar todo el mundo: está reservado a especialistas, gente con instrumental afinado y sofisticado.

El pueblo raso más vale que no hable, porque no entiende.
Delicado también quiere decir inseguro, delgado, poco sólido (“delgado” proviene de “delicatus”), y a la vez de gran trascendencia. Por lo tanto, para tratar un tema delicado se han de tomar toda clase de precauciones, hay que ir con pies de plomo. No se debe ventilar a la luz del día, se ha de resolver dentro de los despachos y sin titulares en los periódicos. Otro sentido de la palabra “delicado”: estado de salud débil, poco robusto y enfermizo, una salud prendida con alfileres. Un estado delicado pide un tratamiento especial, mucho reposo, poco desgaste y vitaminas a mogollón.

Creo que ésta es una más de las trampas dialécticas tejidas sobre el tema. Un servidor, por simple principio de inconformismo –supongo que saludable– no me da la gana resignarme. Si el tema es delicado, quiere decir que hay que hablar del tema todavía más. No hablar de los temas delicados es la garantía más segura de equivocarse, y de rebote agudizar el estado delicado del paciente. Es preciso hablar, para dar con el diagnóstico y el tratamiento correctos.

Porque, ¿qué garantía tenemos de que los que administran ahora el tema de la lengua saben más que nosotros, los usuarios de a pie, la gente de la calle? ¿Y si son unos manazas? ¿No sería una grave irresponsabilidad dejar un tema delicado en manos de gente palurda? ¿Y si no son exactamente palurdos, sino gente con unos intereses muy definidos, pero que no concuerdan con los intereses de la ciudadanía? Ojo, ésta es quizá una de las razones para que el tema de la lengua sea el tabú nacional: es para “dejar hacer” a los sociolingüistas nacionales, los diseñadores de una jerarquía
social-lingüística determinada, bajo unos valores definidos
y decididos por ellos mismos.

¿Y en esto, la gente de la calle no tenemos nada que decir?
Ante esto, creo que hablar de lengua, hoy y aquí, puede parecer impertinente, puede resultar incordiante, pero es todo un deber democrático.

jueves, 10 de septiembre de 2009

La digestión.




"Un buen Gobierno es como una digestión bien regularizada: mientras funciona, casi ni lo percibimos".


ERSKINE PRESTON CALDWELL

Spanglish


Hace poco TV3 emitió "Spanglish", la película que supuso el debut en Hollywood de Paz Vega. El papel que hace la española es de una sirvienta que habla español en una casa de norteamericanos. Todo el film está trufado de chistes sobre la incomunicación.
En la versión original se hablaba en español e inglés, en la versión doblada al castellano, se necesitaba la complicidad del espectador para captar los equívocos lingúísticos. TV3 lo tuvo fácil, la lengua madre es el catalán y la del sirviente es un castellano en vías de catalanización...cómo la vida misma.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Obama por el bilingüismo.

Declaraciones del ahora Presidente de EEUU, cuando todavía era pre-candidato.



Aprenda castellano con Barack Obama

"Yo coincidiría en que los inmigrantes deben aprender inglés", dijo Obama. "Pero en vez de preocuparnos de si los inmigrantes pueden aprender inglés --y lo aprenderán-- necesitamos cerciorarnos de que nuestros niños puedan hablar español. Deberíamos pensar cómo pueden nuestros niños ser bilingües. Deberíamos hacer que cada niño hablara más de un idioma".

Obama argumentó que el país debería enfatizar el estudio de lenguas extranjeras en las aulas.

"¿Saben? Es vergonzoso cuando vienen los europeos acá. Todos hablan inglés, francés y alemán. Y luego nosotros vamos a Europa y todo lo que podemos decir es 'merci beaucoup!

Pijoaparte


Jon Juaristi en ABC.

No hay, en la literatura española contemporánea, un personaje más redondo y logrado que el Pijoaparte, y Marsé se merecía el Cervantes y la inmortalidad por sólo esa novela, Últimas tardes con Teresa, de 1966, que es el gran retrato de la España progresada del desarrollismo y del declive de la dictadura franquista, vislumbrada a través del prisma barcelonés: ficción picaresca y cervantina que sacó todo el partido posible, y más, de uno de los estereotipos aurorales del realismo histórico, el Julien Sorel, de Stendhal. Javier Cercas compara a Adolfo Suárez con Sorel en su última novela, Anatomía de un instante, pero el símil no es ni la mitad de convincente que la reconstrucción tácita del modelo por Marsé, y es que la época ayudaba, porque en los sesenta España estaba llena de réplicas de Sorel, pero ningún otro novelista tuvo el genio suficiente para elevarlo a símbolo traspasando la mera parodia, que es lo que Cervantes hizo con don Quijote, porque parodias del hidalgo con ínfulas caballerescas ya las había a manta desde antes del Lazarillo, y hacer de Suárez un Sorel no dice nada nuevo de un tiempo y de un país en los que todos fuimos Julien Sorel, pero tuvo que llegar Marsé a contárnoslo para que nos diéramos cuenta.
El arquetipo estaba ahí, a la vista, en la vida cotidiana de la gran ciudad, y no pasaba desapercibido a los novelistas. Mucho menos, a los poetas comprometidos del entorno de Marsé, como Gil de Biedma, que, tras evocar a los chicos murcianos de Montjuic, expresa su deseo de que ganen la guerra civil que sus padres perdieron: «Sean ellos sin más preparación/ que su instinto de vida/ más fuertes al final que el patrón que les paga/ y que el saltataullels que les desprecia./ Que la ciudad les pertenezca un día./ Como les pertenece esta montaña,/ este despedazado anfiteatro/ de las nostalgias de una burguesía». Moralidades es también de 1966, como la novela de Marsé, pero ya nueve años antes, Pasolini, en Le ceneri de Gramsci, había cantado en términos muy parecidos a los muchachos romanos que «hacen a Italia suya, con su sonrisa dialectal», que no encubre memoria alguna, sino el impulso del sexo junto al «cinismo más verdadero» y «la más verdadera pasión». Cualquiera de ellos podía ser Pijoaparte, pero los poetas de izquierda se recreaban en el tópico, en el mito de la barbarie redentora que ya habían ensayado los románticos, edulcorado con alguna delicuescencia erótica en los casos de homosexuales implícitos o explícitos como Gil de Biedma y Pasolini. Para ellos, la realidad se les ofrecía ya literariamente formada, como un mito («in essi, inermi, per essi/ il mito rinasce...»). No había atisbo alguno de indagación, ni siquiera de interés en las vidas individuales, ya fueran éstas las de los idealizados efebos del subproletariado o la de la prima Montse, que acababa fugándose con uno de aquellos randas. Y eso precisamente era lo que Marsé descubría, lo irrepetible de cada oscura historia, que quizá fueran ejemplares, pero nunca tópicas.
De ahí que Pijoaparte haya resistido el paso de los años, mientras que los arquetipos de la poesía comprometida, los jóvenes bárbaros sin patria y sin cultura que acampaban en las afueras de la ciudad burguesa, fueron disciplinadamente encuadrados por un nacionalismo que se jactaba, y con razón, de poder fabricar etnia a partir de cualquier materia prima, más maleable cuanto más desarraigada. En cambio, la vida que refleja el espejo móvil de la gran novela, por muy universal que sea el horizonte a que apunta su pretensión moral, jamás se somete a conformismos gregarios.

martes, 8 de septiembre de 2009

Para tí que eres de izquierdas y votas al PSC.

El el último Congreso del PSC se autodefinió como: "de centro y catalanista". En La Vanguardia, José Zaragoza, Secretario de Organización del PSC ha vuelto a decir que: "el PSC lo que está haciendo es ocupar el espacio moderado de centro".
Esto no es ni bueno ni malo, pero es lo que es. Hay que respetar el voto de todos los ciudadanos, pero es imprescindible que los ciudadanos sepan lo que votan.
José Zaragoza es responsable de campañas tan ingeniosas como esta:

Estaría bien que hiciese una campaña explicando a sus militantes y votantes lo que son de verdad. Yo por mi parte se lo explicaré al mayor numero de ciudadanos que pueda. El PSC no es de izquierdas, no porque lo diga yo sino porque lo dicen ellos mismo.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Carta de un autónomo a su señor feudal


Carta de un lector de El Periódico de Catalunya.


Estimadísimo señor: le escribe un simple siervo de su reino, un humilde trabajador autónomo, un proletario del siglo XXI sin derecho laboral alguno, sin derecho a enfermar ni a cobrar finiquitos, un hombre que hipoteca su patrimonio --no para comprar una casa, sino para generar empleo y riqueza--, un servidor de usted que ejerce gratuitamente de recaudador de impuestos. Sepa, por cierto, que ya estoy cansado de tantos impuestos; los tenemos europeos, nacionales, autonómicos, regionales y locales. También le digo que ruego, por doble razón, que mis padres no fallezcan, dado que al ser catalán, el impuesto de sucesiones o de pernada haga que deba hipotecar todo el patrimonio que tantos años de esfuerzo y sacrificios les ha costado.
Soy un siervo, insisto, cansado de pagar un sinfín de tasas, cuyos nombres no logro recordar. En contrapartida, vemos cómo está vacío el Parlamento Europeo (eso sí, con los traductores en línea), tenemos noticia de gastos en limusinas y reposapiés astronómicos, infinidad de chóferes oficiales, ayudas a los banqueros que se reparten entre ellos y, en general, una clase política que no está a la altura. El fin de esta carta es solicitarle humildemente que lea los libros de historia, que analice lo que ocurrió cuando otros señores feudales han apretado al pueblo y lo han matado de hambre mientras ellos vivían en otros mundos, en batallas políticas absurdas --con espías incluidos--, bañadas de intereses personales y malgastando su dinero. Ya lo dice el refrán: Dios aprieta pero no ahoga. Pero, con todos los respetos, permítame decirle que usted no es Dios.

Caminos


Sabino Méndez, en La Razón.


Aquí en Galicia, los lugareños tienen televisión, en efecto, pero la interpretación que hacen de lo que por ella brota es muy diferente a la nuestra. Véase, por ejemplo, la percepción de la flamante y reciente remodelación ministerial. Hablábamos la semana pasada de las complicadas vías de comunicación que siempre han sufrido los gallegos debido al clima y la orografía de su zona (no hay conductor que no conozca las temibles nieblas de Ponferrada). Esa complicación ha hecho saber a los gallegos, antes que nadie, que gobernar a golpe de mapa geográfico es tan absurdo como gobernar a golpe de sondeo. Así, el nacionalismo ha resultado ser aquí más endeble que una argumentación de Suso de Toro. Por contra, flota en el aire una confianza no consciente en que el nuevo ministro de Fomento aliviará un poco esa complicación de comunicaciones, porque es sabido que lo primero que hacen esos ministros al llegar a su puesto de trabajo es construir un AVE que les lleve rápido y suave hasta los terrenos de su infancia. ¿Por qué en Galicia entonces la malintencionada e interesada promoción del conflicto territorial no ha prosperado? Muy sencillo: porque tienen al lado a Portugal con su inflación desmesurada y sus desalentadores índices de paro y crecimiento. Los gallegos no ven Lisboa como un simple destino turístico, sino como el espejo de que (por mucho que se rasguen las vestiduras con victimismo histérico los fariseos nacionalistas) las cosas siempre podían ser mucho más complicadas y los obstáculos contra los que luchar mucho más grandes. Ahí está, en la práctica, desnuda, reluciente bajo el sol, la prueba fehaciente del lugar en el mundo a donde llevan los nacionalismos. Desde luego, los caminos del Señor (y también los del ministro de Fomento) son en verdad inescrutables. Los lugares de destino, en cambio, no.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Cine político

Alguien dijo que la primera película que se rodó fue una película política, la de la familia Lumière en Lyon; pero voy a estar convencido de que ésa es más bien una película poética, lo verdaderamente político hubiera sido filmar a los obreros cuando entraban en la fábrica.


"Los príncipes valientes"
Javier Pérez Andújar


sábado, 5 de septiembre de 2009

Jugando a la petanca.



Fotografía donde el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, explica a cuatro millones de españoles a lo que pueden dedicar sus días.

jueves, 3 de septiembre de 2009

La SGAE y el adoctrinamiento infantil.

Este video pone los pelos de punta. Nos hace recordar tiempos pretéritos cuando los niños eramos usados como marionetas propagandísticas.



Me parece oportuno, en este momento, recordar las dotes actorales de Ramoncín. El que fuera adalid de los derechos de autor protagonizó en los setenta esta infame película. Iríamos mucho mejor si nuestros esfuerzos estuvieran destinados a hacer mejores productos culturales y no a hacer de policías.

La crisis del crédito

miércoles, 2 de septiembre de 2009

martes, 1 de septiembre de 2009

El primo




Este es José Miguel Vidal Zapatero, primo del Presidente Rodríguez y director adjunto de su gabinete. Cuanta razón tiene Fofito: No hay nada más lindo que la familia unida...

Rodríguez Ibarra.


Declaraciones del expresidente extremeño.

"Cuando sale el diputado de la región X o el de la región Y, su intervención es pueblerina, cateta y electoralista.